domingo, 15 de mayo de 2011

Lo mejor y lo peor.

Ya, lo sé. Tenéis razón. Tengo totalmente abandonado el blog, vuestro blog, el blog de todos y cada uno de vosotros, mis lectores. Pero prometo volver a ser constante en mi trabajo. Y no me vengáis con que a vosotros os exijo escribir todas las semanas. Yo no tengo que hacerlo para conseguir nota. Vosotros sí.

El ser humano es contradictorio por naturaleza, somos una paradoja con patas. Uno es capaz de decir algo en voz alta y pensar lo contrario. Alguien puede ser la persona más amable del mundo y luego hacer el mal a diestro y siniestro. Uno es capaz de ser una persona culta y vulgar al mismo tiempo.

Y eso fui yo ayer. ¿No es paradójico empezar el día con Shakespeare y terminarlo con Eurovisión? Sí, yo soy una paradoja hecha hombre. Pero es lo que me enriquece, me hace diferente. Ser capaz de disfrutar con una obra de teatro clásico inglés por la tarde, para después carcajearte de los pelos de los representantes de Irlanda por la noche.

Hacía semanas que había conseguido entradas para ver "Richard III" de Shakespeare en los teatros del Canal, sitos al lado del metro Canal (lo digo porque os pilla a tiro de piedra de San Blas, ese gran barrio), y que son espectaculares. Contando que, por un problema con el móvil (que sonó a las ocho del sábado), había madrugado como un día normal y tenía un sueño del copón, pensar que a las cinco de la tarde iba a ver una obra en inglés del siglo XVI era algo que me aterraba. Me iba a quedar sopa, iba a ponerme a roncar y quedaría como lo peor.

Sin embargo, la obra fue tan estupenda que me tuvo atento todo el tiempo, salvo un par de momentos de crisis somnolienta que tuve al final de la primera parte de la obra. En escena, vemos a unos siniestros señores que se mueven por todo el escenario con unas batas blancas y unas máscaras del mismo color, dejándoles solo libres los ojos y la boca. Ricardo III cuenta la historia de un príncipe deforme, chepudo y malvado que intentará por todos los medios hacerse con el trono, cargándose a todo el que se ponga por medio (especialmente toda su familia) y manipulando a todo el mundo para conseguir su objetivo. La maldad y mezquindad humana aparecen en todo su esplendor en este personaje, que crea atracción y repulsión al mismo tiempo.

Si la historia es ya de por sí interesante, une una escenografía moderna, industrial y muy quirúrgica (biombos médicos, que servían para meter a los actores en el escenario; cortinas de plástico industrial, camillas...) y un puntito gore propio de las películas de terror (incluída una sierra mecánica), y tienes un espectáculo alucinante de dos horas y media. Además, como ocurría en los tiempos de Shakespeare, no hay actrices, los papeles femeninos son hechos por hombres, lo que le da todavía más fuerza y más mal rollo a la historia. Alucinante.

Después de aquello, salí tan tarde que no pude ir a recoger mis nuevas gafas (nuevo look para el martes, atentos a su profesor; bueno, el cambio es mínimo, la verdad...) porque tenía invitados en casa. Este año me tocaba la celebración de la fiesta Eurovisión en mi mansión. Consiste principalmente en un grupo de personas que se parten de risa de todo detalle, que no dejan escuchar ninguna de las canciones, que dan puntos por cosas tan absurdas como "un punto por la fregona que lleva en la cabeza el cantante" (eso se dijo del representante francés) o "le subo dos puntos por ese vestido de Xena que lleva la eslovena".

Quince de mis amigos se me presentaron en casa, con ganas de cachondeo frívolo y superficial. Y yo, después de dos horas shakesperianas, necesitaba también mi ración de frivolidad. Eurovisión es un tostorrio. Todos lo sabemos. Dura demasiado, las canciones son, en su mayoría, espantosas, la puesta en escena suele ser de lo más hortera, el momento votaciones es eterno...pero aún así, cada año volvemos a caer y lo vemos.

Para hacer más atractiva la cosa, hacemos una porra. Cada uno elige sus tres países favoritos, se suman los puntos que han conseguido y el que obtenga mayor puntuación se lleva dicha porra. Elegí a Serbia, Rumanía y Rusia. No me dejé llevar por el corazón sino por las votaciones del Este. Y fallé estrepitosamente. Tras varios años ganando la porra, quedé el penúltimo, solo superado en patetismo por mi amigo L., que se atrevió a decir que España quedaría la 2ª.

Lo de España es de traca. Parece que solo nos interesa que nuestra imagen cutre y casposa no desaparezca nunca. ¿Quién eligió esa canción? ¿Y esa coreografía? La canción más hortera con diferencia de todo el festival, y eso es decir mucho. A cero tendría que haber quedado.

Una vez terminado el festival, no conseguí echar a mis amigos, que se apoltronaron en los sofás como si les hubieran pegado a ellos. La conversación comenzó con los comentarios sobre por qué seguimos viendo Eurovisión si es horrible, siguió por el reality de Alaska y Mario Vaquerizo para la MTV (el "guilty pleasure" de la temporada) y por las elecciones municipales (discutiendo quién sale peor en los carteles, si Esperanza Mehehechoemo o Tomás Estoyaporuvas), hasta llegar a la discusión literaria de la noche, si era mejor Shakespeare o Cervantes. En una noche de humillación para nuestra patria, no hay color: el de Alcalá de Henares patea el trasero al de Stradford upon Avon.

De nuevo, pasando de lo peor a lo mejor en cero coma...

12 comentarios:

  1. Sinceramente, el espectáculo de Eurovision fue penoso, por parte de España y la mayoría de las votaciones de los países. Tenía que haber ganado Dinamarca.

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  2. A mí me gustaron las Serbias :B
    De los demás ya no me acuerdo.

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  3. Pues seré de las únicas y lo sé por la posición en la que quedó, pero a mi me gustaba Suiza *-*

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  4. sinceramente, como cada año es mas patético ni me he querido enterar de nada. hemos batido record de nuestra peor posicion??? jaajaj, espero que si...

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  5. Mario, nuestra peor posición es imposible de batir xDD 0 puntos, últimos. Esta vez quedamos antepenúltimos

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  6. Pues yo sí voté con el corazón, y por eso me quedé sin póster. Tenía que haber seguido mi estrategia de todos los años.

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  7. Venga, venga, escribe tu top 3 de ganadores, para oprobio y humillación pública, R.

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  8. Jo profe no es justo...me has robado la entrada de la semana, iba a hablar de Eurovisión. Ahora tendré que pensar en otra cosa.

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  9. Serbia, Moldavia y Hungría. Y encima quité a Italia de mi lista por España. No tengo perdón.

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  10. Yo prefería que hubiese ganado Dinamarca también, pero aún así me gustó la nuestra, no estuvo tan mal como yo esperaba.
    Yo también iba a hacer una entrada de Eurovisión, Juanan -.-

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  11. Hay que puntualizar que la organización del festival de este año, con todos los medios que se han invertido, la calidad de los efectos y la ausencia de espontáneos ha sido inigualabe (claro, lo hacen los alemanes). Además, creo que cada vez el politiqueo tiene más importnacia en el festival. Sobre todo por los preblemas económicos. Recuerdo que cuando viajé de intercambio a Londres, pude disfrutar de la experiencia de escuchar como los propios ingleses pedían a Dios no ganar, para el siguiente año no tener que organizar el festival.

    Conclusión: Nadie quiere ganar para no tener que pagar

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  12. Pues yo creo que el gasto es muy grande si se gana, eso está claro, pero entre la gente que llega, que suele ser muchísima y todo lo que este turismo consume, podrían llegar a ser más los beneficios. Solo hay que saber hacerlo bien.
    Mi opinión. ;D

    R.: Serbia y Hungría vale, pero ¡¿Moldavia?!

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