En un par de comentarios que he hecho a algunos compañeros he hecho mención a la muerte de una de mis amigas más queridas, y hoy me siento muy nostálgico y la echo mucho de menos. Por eso, he decidido hacer mi entrada más personal hasta la fecha como dedicatoria y homenaje a una de las personas que más he querido en mi vida y que ya se me fue hace dos años.
- Carmen era de Lima, era guapa, elegante, con mucho estilo, muy irónica y con mucha mala leche, elementos claves para ser parte de mi grupo de amigos, especialmente los dos últimos requisitos.
- Nos conocimos en casa de un amigo común que nos invitó a cenar y luego nos obligó/torturó a ver Evita, de Madonna y Antonio Banderas. Yo desplegué todo mi gusto por el sarcasmo, y ella también. Despellejamos viva la película y nos reímos tanto que decidimos que ese era el principio de una gran amistad.
- Carmen era una gran cotilla y siempre tenía que enterarse de todo. "¿Quién?" era su pregunta favorita, pronunciada a gritos, para enterarse de quién hacía cualquier cosa. Por eso, le encantaban los programas de cotilleos y el Gran Hermano. Incluso cuando ya estaba muy enferma, me llamaba para partirse de risa de lo que veía en la tele y comentarlo todo con esa ironía que tenía, y también para enterarse de cualquier cotilleo que surgiera en el grupo.
- Ella tenía estilo, mucho, y muy buen gusto. Por eso, no soportaba a las peruanas que iban hechas unas mamarrachas y daban mal crédito a su país, y las ponía a caldo siempre que tenía ocasión. Yo me fiaba mucho de su buen criterio. Por eso, fue la primera en conocer a mi actual pareja, siendo de lo más descarada y mandándome un sms dándome el visto bueno.
- Era muy presumida y no salía de su casa sin ir mega-arreglada. Cuando estaba en el hospital, me hacía peinarla para que cuando vinieran las visitas estuviera superguapa. Y nunca perdió su buen humor, incluso cuando empezaba a costarle a hablar, me susurraba para criticar a las enfermeras, que siempre eran lo peor.
- Odiaba a Vargas Llosa, así que mejor que no haya visto que le han dado el Nobel, porque le hubiera dado un ataque de los suyos, como cuando hablábamos de política, que se encendía como una vela.
- Cuando vivía en Alonso Martínez, en pleno centro, todos los días se iba derecha a mi casa tras el trabajo y teníamos como único entretenimiento reirnos a carcajadas de cualquier chorrada que viéramos en la tele, o metiéndonos con mis dos compañeros de piso, que eran también muy amigos suyos.
- Carmen nos hablaba siempre de los espíritus chocarreros, espíritus que se te presentaban en casa de noche, y nos moríamos de miedo. Nosotros le decíamos que estaba haciéndonos una venganza inca por lo que nuestros antepasados le hicieron a los suyos, a lo que nos gritaba un "cuidadito, que mi abuelo era italiano, soy prácticamente europea".
- El día que murió, todos sus amigos, que éramos su familia, estábamos allí. Abrió por última vez los ojos, nos miró y nos sonrió. Después, se durmió. Una hora después, se murió sabiendo que allí estábamos. Creo que se murió feliz, porque había acabado dos años de dolores horribles, que siempre disimuló, menos cuando te agarraba de la mano y te la apretaba, porque no podía tenerse en pie de dolor.
- Cuando llegó su cumpleaños, hicimos lo que ella siempre hubiese querido que hiciésemos: irnos a un restaurante peruano, comer el ají de pollo que tanto le gustaba y beber su cóctel favorito, el pisco-sour.
En el salón de mi casa, hay fotos de mis sobrinos por todas partes pero un solo amigo ha merecido ese honor: Carmen, sonriente, a mi lado, en una fiesta. No hay dia que no me acuerde de ella. Disfrutad de vuestros amigos, disfrutad de la vida, porque es lo más bello que se nos ha concedido.
Juan Antonio es muy bonita la entrada.
ResponderEliminarRecordarla de la manera en que la recuerdas tu (me parece que con una sonrisa bien grande) es la mejor manera de hacerlo. Y con unos amigos así, feliz, seguro que era.
Muchas gracias, Irene. La sonrisa, siempre, mezclada con nostalgia, eso sí.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con Irene, es muy bonita y emotiva.
ResponderEliminarPor lo que he leído, parecía ser una chica increíble. Y tú tuviste la suerte de conocerla y compartir con ella todo el tiempo posible, seguro que érais la bomba los dos juntos, criticando irónicamente o riéndoos de todo.
Supongo que es la misma mujer de la que nos has hablado alguna vez en clase, haciendo mención a lo de los espíritus chocarreros.
La vida es corta, y a ella se la acabó antes de lo esperado; y sí, indudablemente, la mejor manera de recordarla es con una sonrisa, sin olvidar los viejos pero divertidísimos momentos que pasásteis juntos.
estoy totalmente de acuerdo con Irene y Alba. No es ésta chica la que le encantaba cuarto milenio?
ResponderEliminarEs una entrada preciosa, estoy de acuerdo contigo. Hay que aprovechar la vida minuto a minuto que no sabes cuando va a acabar y sobretodo disfrutarla junto a amigos y familia.
ResponderEliminarTenía que ser una chica con un corazón que no le cabía en el pecho y con una valentía impresionante. Lo que no hay que dejar de hacer nunca es recordar todo lo que habéis pasado y las cosas buenas de ella.
Muchas gracias, chicos, ayer pasé un momento malillo recordándola. Sí, era ella la fan de Cuarto Milenio y de los espíritus chocarreros, anda que no me he visto programas de Iker Jiménez con ella, y mira que a mí me pone de los nervios ese señor.
ResponderEliminarDios Juan Antonio.
ResponderEliminarQue preciosa entrada, supongo lo duro que debe de ser, pero da gusto verte escribir sobre una verdadera amistad y todos los momentos.
Supongo que será imposible de olvidar, y recordarla así, es lo que más le hubiera gustado.
Amigos como vosotros, eso sí que son amigos.
Me encant esta etrada.Muy bonita y te pones: Lo que mas me gusta es que es irónica y tiene mala leche.
ResponderEliminar¿Que ironia en medio de la nostalgia no?.Espero que lo superes prontito y que disfrutes de la vida todo lo que puedas
Estoy de acuerdo con ellos, es una entrada muy bonita. Tal y cómo la describes tendría que ser una persona muy buena y fuerte. Comparto lo que dice Irene, estoy segura de que se fue feliz, con una familia como vosotros.
ResponderEliminarHay que recordar a las personas que se han ido con felicidad y alegría, aunque en realidad, no se han ido, siguen con nosotros y nosotros con ellos en todo momento.