Y llegamos a Cuarto. El último curso y todo cambió. Os mezclamos y requetemezclamos de manera que ya nada era como antes. Yo seguía siendo tutor de B, pero del antiguo solo me quedaron dos alumnas. Cada grupo salió de una manera diferente: el A, numeroso y ruidoso, inteligentes y con ganas de superarse, pero en ocasiones pesados y charlatanes, aunque siempre adorables; el B, tranquilo y relajado, a veces demasiado, con ganas de aprender pero algo vaguetes, artistas y creativos, los que más; y C, el festival del humor constante, el grupo que más de los nervios me ha puesto, pero que siempre me hacía arrancar una sonrisa, aunque viniese acompañada de un bocinazo.
Os voy a echar mucho mucho de menos: habéis sido unos alumnos estupendos, que os habéis hecho querer y que siempre tendréis un espacio en mi corazón y en mi memoria. No olvidaré las risas que pasé en Roma con vosotros (a pesar de los disgustos también), los gritos absurdos (Estupiñáaaa, ¿examen? ¡calla bastardo!...), la cara siempre sonriente y nunca de mal humor, los empanamientos de algunos de vosotros, los piques entre vosotros, todo lo que os ha hecho muy especiales.
Y como ya se ha acabado el blog definitivamente (ya que todas las notas están puestas y pasadas), agradeceros a todos la colaboración con esta tarea, que no ha sido fácil. Bueno, a todos no. Ha habido casos que me han decepcionado mucho, de gente que además no me lo esperaba, y que no ha colaborado lo que yo creía en esta actividad creativa, difícil sí, pero que ha desarrollado en vosotros una capacidad de expresión que no creíais tener. Pero no me voy a quedar con las cuatro o cinco decepciones, sino con todos esos minutos (horas, más bien) que he pasado actualizando el blogger para ver si vosotros habíais escrito; todas esas mañanas de sábado y domingo que pasaba leyendo lo que os ocurría, lo que os pasaba por la cabeza, lo que pensabais de las cosas, las películas que veíais, los cumpleaños, los partidos de fútbol que jugabais, las discotecas a las que por primera vez ibais, las dudas que teníais, los cambios que se iban produciendo en vosotros, los vídeos que poníais.
Gracias por hacerme, a través de estos blogs, partícipe de vuestras vidas. Os he conocido mejor de lo que cualquiera os podría haber conocido antes; os he conocido como si fuerais de mi familia o mis amigos; os he conocido mejor que a cualquier alumno en los 16 años que llevo como profesor. Gracias por abrir esa puerta que espero que no cerréis ya.
Yo seguiré abriendo este blogger. Actualizaré y me llenará de pena ver cómo nadie escribe ya, releeré las preciosas entradas de despedida que habéis escrito, para cuando esté bajo de moral, que ocurre más veces de las que penséis; así podré saber que algo he hecho bien, si me recordáis con ese cariño. Miraré las fotos, para que nunca se me olviden vuestras caras. Y, lo mismo de vez en cuando, me llevaré la sorpresa de que alguien ha actualizado algo y me entero de cómo le va la vida, de si sigue bien en los estudios, de si odia a su nuevo profe de Lengua porque se acuerda de mí y, claro, no hay comparación. :P
Para los que quieran seguir esta aventura del blog en otra parte, recordad mandármelo a mi dirección de correo, para que yo os vaya agregando. Pero ya lo haré desde otro blog muy diferente también.
Esta es la despedida de "Un profe en apuros". El próximo curso tendrá otro nombre diferente. Sería injusto que fuerais solo la primera parte de esta aventura. Merecéis ser una parte completa en sí misma. Merecéis ser únicos. Por ello, este mi blog será vuestro blog y solamente vuestro blog. Hasta siempre, mis queridos alumnos. Os quiere
Juanan
martes, 7 de junio de 2011
lunes, 6 de junio de 2011
La balsa de aceite
Un tercer curso de tercero me correspondió el año pasado, y eran los grandes desconocidos para mí: a unos los conocía (3º C), de otros tenía muuuuuchas referencias (3º B), pero de 3º A no conocía prácticamente nada, solo había oído que era un grupo tranquilo. Pero al conocerlos supe lo que era entrar en una auténtica balsa de aceite, en ese tipo de clase donde nunca hay que levantar la voz, donde todo el mundo está atento y siempre con la sonrisa en la boca. El curso-bálsamo curativo para profesores. Ese era 3ºA. Por supuesto, yo estaba encantado, porque cada vez que entraba, me sentía atendido, pero no solo en el aspecto académico. Me sentía atendido como persona, de repente me encontré con poco más de una decena de personitas llenas de afecto, de sensibilidad, de cariño los unos con los otros, y de cariño hacia todos los profesores. Ahí no había lucha de egos, ni malos rollos (que no quiero decir que en los otros sí lo hubiera, pero sí he podido verlos durante muchos años en muchas clases), solo buenos compañeros, que discutirían, como no, pero que nunca podía llegar la sangre al río.
Era un curso variopinto, había de todo, desde gente ultratímida a gente ultracharlatana, desde alumnos serios y reservados a alumnos dicharacheros y voceras, pero todos con esa dulzura y tranquilidad en común, que hizo de mi experiencia como profesor de ese curso algo inolvidable.
Y es que en la variedad está el gusto, y por eso 3º A era una pequeña ONU de gente maja: empezando con Manuel, mi Manolo del alma, con esa espontaneidad que espero que no pierda nunca, que nadie te malee y te cambie, sigue siendo tú mismo; y Chamo y sus momentos de empanamiento, cuando se queda absorto y de repente dice "perdón ¿cómo has dicho?", y luego esa simpatía arrolladora y cara de pillo; o Daniel M., eternamente amable, buen compañero, buen alumno y buena persona, con el que espero discutir muchas veces más a lo largo de mi vida de música y con el que espero también acabar en algún concierto alguna vez; y Zaira y Lidia, mis chicas serias, siempre juntas, siempre amigas inseparables, no había cosa que más me gustase que cuando decía alguna chorrada veros a las dos reiros o sonreir, ¡me encanta!
Pero no puedo olvidar a Caba y sus eternos 7, objeto siempre de alguna broma mía sobre su éxito entre las féminas de la ESO y siempre encajándola con su enorme sentido del humor; o Tania y sus quejas por todo que siempre me encantaban, porque a la mínima se empezaba a reir y se le pasaba cualquier cabreo; y Jesús, al que nunca he visto una mala cara, un enfado, siempre amable y cariñoso, que se me convirtió en Jesustancia que se me dormía en todos los autobuses de Roma; o Noelia, discreta y sencilla, demostrando que precisamente la elegancia está en la sencillez; y Bárbara y sus profundos ojos azules, llenos de curiosidad en ese primer curso, intentando siempre superarse; o esa persona que si tuviera que poner una foto para el concepto "dulzura" en un diccionario la pondría a ella: Marta G., siempre dispuesta a colaborar y a hacer nuestra labor más fácil.
La voz estruendosa de Mario y sus eternas preguntas será algo difícil de olvidar, así como su franca sonrisa; como tampoco olvidaré la de Sandra, una buena compañera y mejor alumna, que se ganó mi cariño instantáneo; y por supuesto, Iván, discreto, callado pero que no me engañó, sabía que alguien muy interesante estaba ahí y me lo ha ido demostrando cada vez más.
Y en esa clase, los agregados, Vozme y César, los únicos que conocía y con los que me encantó reencontrarme. César merecería una entrada entera, por lo pesadilla que es y por lo que él sabe que le estimo, a pesar de las veinte broncas por semana que le echo y de las veces que le he dicho que se corte la cresta.
Los momentos que pasé en esa clase fueron estupendos y espero que esas tardes calurosas que tuvisteis que aguantarme os sirvan de mucho; espero haberos aportado tanto como vosotros a mí.
Era un curso variopinto, había de todo, desde gente ultratímida a gente ultracharlatana, desde alumnos serios y reservados a alumnos dicharacheros y voceras, pero todos con esa dulzura y tranquilidad en común, que hizo de mi experiencia como profesor de ese curso algo inolvidable.
Y es que en la variedad está el gusto, y por eso 3º A era una pequeña ONU de gente maja: empezando con Manuel, mi Manolo del alma, con esa espontaneidad que espero que no pierda nunca, que nadie te malee y te cambie, sigue siendo tú mismo; y Chamo y sus momentos de empanamiento, cuando se queda absorto y de repente dice "perdón ¿cómo has dicho?", y luego esa simpatía arrolladora y cara de pillo; o Daniel M., eternamente amable, buen compañero, buen alumno y buena persona, con el que espero discutir muchas veces más a lo largo de mi vida de música y con el que espero también acabar en algún concierto alguna vez; y Zaira y Lidia, mis chicas serias, siempre juntas, siempre amigas inseparables, no había cosa que más me gustase que cuando decía alguna chorrada veros a las dos reiros o sonreir, ¡me encanta!
Pero no puedo olvidar a Caba y sus eternos 7, objeto siempre de alguna broma mía sobre su éxito entre las féminas de la ESO y siempre encajándola con su enorme sentido del humor; o Tania y sus quejas por todo que siempre me encantaban, porque a la mínima se empezaba a reir y se le pasaba cualquier cabreo; y Jesús, al que nunca he visto una mala cara, un enfado, siempre amable y cariñoso, que se me convirtió en Jesustancia que se me dormía en todos los autobuses de Roma; o Noelia, discreta y sencilla, demostrando que precisamente la elegancia está en la sencillez; y Bárbara y sus profundos ojos azules, llenos de curiosidad en ese primer curso, intentando siempre superarse; o esa persona que si tuviera que poner una foto para el concepto "dulzura" en un diccionario la pondría a ella: Marta G., siempre dispuesta a colaborar y a hacer nuestra labor más fácil.
La voz estruendosa de Mario y sus eternas preguntas será algo difícil de olvidar, así como su franca sonrisa; como tampoco olvidaré la de Sandra, una buena compañera y mejor alumna, que se ganó mi cariño instantáneo; y por supuesto, Iván, discreto, callado pero que no me engañó, sabía que alguien muy interesante estaba ahí y me lo ha ido demostrando cada vez más.
Y en esa clase, los agregados, Vozme y César, los únicos que conocía y con los que me encantó reencontrarme. César merecería una entrada entera, por lo pesadilla que es y por lo que él sabe que le estimo, a pesar de las veinte broncas por semana que le echo y de las veces que le he dicho que se corte la cresta.
Los momentos que pasé en esa clase fueron estupendos y espero que esas tardes calurosas que tuvisteis que aguantarme os sirvan de mucho; espero haberos aportado tanto como vosotros a mí.
domingo, 5 de junio de 2011
Welcome to the jungle.
Érase una vez un profesor curtido en mil batallas, que había sido tutor de los peores cursos jamás conocidos y de todos ellos había salido victorioso. Érase una vez un profesor al que le asignaron un curso nuevo que ya no era de Diversificación Curricular y que se suponía iba a ser un paraíso terrenal.
Pues ese profesor, que se las veía tan felices, se enteró en septiembre de que su curso era 3º B. Sí, de los tres cursos, el de los habladores, charlatanes y pesadísimos. A mí me daba igual, no había nada que se me resistiera y sabría quererlos y apreciarlos igualmente. No quería vivir de prejuicios, quería conocerlos personalmente y reconducirlos por el buen camino.
Pero había entrado en la jungla, la jungla de 3º B. No eran charlatanes, eran loros malayos; no eran pesados, eran yunques de toneladas. Pero era mi grupo, e inmediatamente lo único que pude sentir es un cariño inmenso.
A pesar de ello, sé que para algunos de vosotros, mi imagen como tutor se haya quedado en la del tirano sargento que no paraba de echar broncas. Yo no pude tener tutorías de hacer cosas guays, solo me podía dedicar a echar la charla, a poner orden, a intentar solucionar los veinte mil problemas que cada semana surgían. Me entró complejo de bombero, porque estaba apagando constantemente los fuegos que encendíais.
Y lo peor de todo era ver como en mi clase erais un grupo de angelitos, callados, trabajadores, interesados por la clase, siempre buscando una buena nota...Pero en el resto, demonios charlatanes y plastoncios. Yo, que me las veía felices con un año de tranquilidad, tuve más trabajo que nunca.
Lo peor de todo es que cada vez que me contaban alguna pifia que habíais hecho, yo vivía una situación mixta, entre la indignación y el despiporre, porque me moría de la risa con algunas que hicisteis, pero claro, tenía que ayudar a mis compañeros a que no ocurriesen de nuevo, y ahí sacaba el caraperro. Y también luchaba porque os dieseis cuenta de la responsabilidad de los actos, de lo que significa madurar y de haceros mejores personas, cosa que creo que he conseguido. No pasaré a vuestra historia como el tutor más amable, pero que sepáis que lo hice con todo el cariño del mundo por vuestro bien. Y que me conquistasteis en vuestra plastez infinita.
Y es que siempre pude ver cómo Carlos era el que más fastidiaba a sus compañeros, especialmente a Marta, pero cómo disimulaba el tío; nunca olvidaré dos de las personas que más me han divertido y me divierten de mi vida, Sergio Pérez Asperilla y Arturo, llenas de un sentido del humor entre surrealista y kafkiano; y cómo olvidar mis charlas cinéfilas y televisivas con Caste, que eran un tú a tú, porque estamos al mismo nivel, y tu paciencia infinita con tus compañeros, y tu savoir faire en todo, no cambies nunca; y qué decir de la calma zen de nuestro Lalo, que parecía siempre que no rompía un plato, pero que siempre estaba en todos los fregaos; y luego las únicas que me quedaron para cuarto, que han visto un tutor diferente, relajado y sin gritar, Alba y Lucía: Alba siempre tranquila, siempre relajada en esa clase de lagartijillas, sin perder la compostura, con su timidez extrema que ha ido superando al fin hasta descubrir una nueva Alba aún más adorable; y mi Luli, que miraba a la pared durante todo tercero, a su izquierda, y este año a su derecha, con su empanamiento y mis "Lucía, ven hacia la luz", que siempre respondía con una sonrisa.
Y recuerdo desde el principio a Carla y a Karla, que eran las dos chicas más dulces y cariñosas de la clase, siempre al margen de las movidas pero siempre dentro de ese huracán de clase, compañeras hasta el final; o a Jorge Montero, que nunca me ha engañado, porque sé desde el primer día que era el instigador de montarlas pardas pero que salía indemne en muchos casos, y con el que comparto ese gusto por la ironía y el sarcasmo; o el grupo de los tímidos, Jiménez e Ismael, que parecían calladitos hasta que soltaban alguna gracia y yo me tenía que aguantar la risa, especialmente ese acento que pone Ismael a veces; y el gran Herr Guerrero, el santo más santo en mi clase, siempre interesado, que luego se convertía en un diablillo a la mínima; y mi delegado, Javier Álvarez, siempre atento y educado, que luego se me iría por el mal camino para volver por la buena senda, lo que me ha alegrado infinito.
Y por supuesto, tú, lo sabes, sí: Rubira. El alma de la clase, el hombre más pesado al otro lado de la Avenida de Canillejas a Vicálvaro, al alumno al que más broncas he echado en mi vida, pero sabes que siempre fue para ayudarte y que nunca tuve ni la más mínima animadversión por ti, si no no hubiera dedicado más del 60% de mis oraciones a tu persona y a tu cresta (que no he conseguido que te quitaras, mi gran frustración)
Ya creías que te había olvidado, ¿eh? Pues no, mi Gironcilla, pues no. Anda que no te has llevado broncas mías, pero era sonreirme, y hala, se acabó, me partía de risa y no podía seguir. Gritona, pesada y charlatana, pero adorable. ¡Estupiñáaaaaa! (grito ya de 4º pero taaan tuyo...)
3ºB fue la jungla, no fue un parque infantil con árboles y fuentes, pero fue mi jungla y fue un placer intentaros llevar por el buen camino: creo que algo conseguí, aunque fuera a voces.
Pues ese profesor, que se las veía tan felices, se enteró en septiembre de que su curso era 3º B. Sí, de los tres cursos, el de los habladores, charlatanes y pesadísimos. A mí me daba igual, no había nada que se me resistiera y sabría quererlos y apreciarlos igualmente. No quería vivir de prejuicios, quería conocerlos personalmente y reconducirlos por el buen camino.
Pero había entrado en la jungla, la jungla de 3º B. No eran charlatanes, eran loros malayos; no eran pesados, eran yunques de toneladas. Pero era mi grupo, e inmediatamente lo único que pude sentir es un cariño inmenso.
A pesar de ello, sé que para algunos de vosotros, mi imagen como tutor se haya quedado en la del tirano sargento que no paraba de echar broncas. Yo no pude tener tutorías de hacer cosas guays, solo me podía dedicar a echar la charla, a poner orden, a intentar solucionar los veinte mil problemas que cada semana surgían. Me entró complejo de bombero, porque estaba apagando constantemente los fuegos que encendíais.
Y lo peor de todo era ver como en mi clase erais un grupo de angelitos, callados, trabajadores, interesados por la clase, siempre buscando una buena nota...Pero en el resto, demonios charlatanes y plastoncios. Yo, que me las veía felices con un año de tranquilidad, tuve más trabajo que nunca.
Lo peor de todo es que cada vez que me contaban alguna pifia que habíais hecho, yo vivía una situación mixta, entre la indignación y el despiporre, porque me moría de la risa con algunas que hicisteis, pero claro, tenía que ayudar a mis compañeros a que no ocurriesen de nuevo, y ahí sacaba el caraperro. Y también luchaba porque os dieseis cuenta de la responsabilidad de los actos, de lo que significa madurar y de haceros mejores personas, cosa que creo que he conseguido. No pasaré a vuestra historia como el tutor más amable, pero que sepáis que lo hice con todo el cariño del mundo por vuestro bien. Y que me conquistasteis en vuestra plastez infinita.
Y es que siempre pude ver cómo Carlos era el que más fastidiaba a sus compañeros, especialmente a Marta, pero cómo disimulaba el tío; nunca olvidaré dos de las personas que más me han divertido y me divierten de mi vida, Sergio Pérez Asperilla y Arturo, llenas de un sentido del humor entre surrealista y kafkiano; y cómo olvidar mis charlas cinéfilas y televisivas con Caste, que eran un tú a tú, porque estamos al mismo nivel, y tu paciencia infinita con tus compañeros, y tu savoir faire en todo, no cambies nunca; y qué decir de la calma zen de nuestro Lalo, que parecía siempre que no rompía un plato, pero que siempre estaba en todos los fregaos; y luego las únicas que me quedaron para cuarto, que han visto un tutor diferente, relajado y sin gritar, Alba y Lucía: Alba siempre tranquila, siempre relajada en esa clase de lagartijillas, sin perder la compostura, con su timidez extrema que ha ido superando al fin hasta descubrir una nueva Alba aún más adorable; y mi Luli, que miraba a la pared durante todo tercero, a su izquierda, y este año a su derecha, con su empanamiento y mis "Lucía, ven hacia la luz", que siempre respondía con una sonrisa.
Y recuerdo desde el principio a Carla y a Karla, que eran las dos chicas más dulces y cariñosas de la clase, siempre al margen de las movidas pero siempre dentro de ese huracán de clase, compañeras hasta el final; o a Jorge Montero, que nunca me ha engañado, porque sé desde el primer día que era el instigador de montarlas pardas pero que salía indemne en muchos casos, y con el que comparto ese gusto por la ironía y el sarcasmo; o el grupo de los tímidos, Jiménez e Ismael, que parecían calladitos hasta que soltaban alguna gracia y yo me tenía que aguantar la risa, especialmente ese acento que pone Ismael a veces; y el gran Herr Guerrero, el santo más santo en mi clase, siempre interesado, que luego se convertía en un diablillo a la mínima; y mi delegado, Javier Álvarez, siempre atento y educado, que luego se me iría por el mal camino para volver por la buena senda, lo que me ha alegrado infinito.
Y por supuesto, tú, lo sabes, sí: Rubira. El alma de la clase, el hombre más pesado al otro lado de la Avenida de Canillejas a Vicálvaro, al alumno al que más broncas he echado en mi vida, pero sabes que siempre fue para ayudarte y que nunca tuve ni la más mínima animadversión por ti, si no no hubiera dedicado más del 60% de mis oraciones a tu persona y a tu cresta (que no he conseguido que te quitaras, mi gran frustración)
Ya creías que te había olvidado, ¿eh? Pues no, mi Gironcilla, pues no. Anda que no te has llevado broncas mías, pero era sonreirme, y hala, se acabó, me partía de risa y no podía seguir. Gritona, pesada y charlatana, pero adorable. ¡Estupiñáaaaaa! (grito ya de 4º pero taaan tuyo...)
3ºB fue la jungla, no fue un parque infantil con árboles y fuentes, pero fue mi jungla y fue un placer intentaros llevar por el buen camino: creo que algo conseguí, aunque fuera a voces.
sábado, 4 de junio de 2011
Primeros recuerdos
Hace cinco años, estaba terminando el curso, tal y como lo estamos haciendo ahora mismo. Era el momento de las despedidas y se me iba uno de mis queridos grupos de Diversificación Curricular (era el grupo de David, que ahora cuida en el comedor). Aquello era una pequeña familia: diez alumnos y dos profesores que estábamos todo el tiempo juntos. Los lloros y abrazos vinieron por todas partes, por supuesto. Y en la despedida, les comuniqué que me habían asignado un 1º de la ESO para el curso siguiente. Acostumbrado a dar clase a chicos de 16 a 18 años, mis alumnos comenzaron a decirme que me iba a volver loco con críos tan pequeños y se partían de risa. Yo pensé que lo mismo tenían razón y que no tendría paciencia para enseñar a chicos de 12 años.
Llegó septiembre y me dieron el horario: el curso asignado era 1º C. No sabía nada de ellos, tampoco quise preguntar mucho para no hacerme prejuicios, aunque me habían comentado que era un grupo bastante bueno. Cuando entré por primera vez en la clase, esa fría aula de 1º C al fondo del pasillo, al ver a mis nuevos alumnos, me quedé encantado. ¡Erais taaaaan pequeños...! Yo me veía como un ogro de cuento, con mis barbas, mi tamaño y mi voz, frente a un grupo de niños que me miraban entre inquietos, asustados y absortos a todo lo que yo dijera.
Recuerdo llegar a casa y comentar que erais muy ricos, tan chicos, con esas caritas asustadas pero interesadas por todo, con afán de aprender. Inmediatamente, 1º C se convirtió en mi grupo favorito de ese curso, y eso que en los dos cursos de diversificación estaban algunas de las personas que más quiero y con los que mantengo relación aún, y en 4º tenía a varios alumnos que, a día de hoy, forman parte de mi vida. Pero entrar en esa clase era algo mágico, era como entrar en un sitio en el que podías enseñar y enseñar, y allí estabais encantados, o por lo menos lo parecíais.
Y recuerdo perfectamente la espontaneidad de Juan Modesto, asustándose de verdad cuando contaba algo de miedo; a Eva y a Adrián expresándose con esa perfección tan impropia de unos chicos de 12 años y siempre atentos a todo; a Irene y a Gloria, con su sonrisa dulce siempre en la cara; a Castrum (ahí se ganó el sobrenombre) con su raqueta con mensajes como "me sé la respuesta"; a Vozmediano y su cara de interés con la boca abierta cuando contaba alguna historia; a Ángel, tan espigado ya y siempre sonriéndome al final de la clase, con ese cariño que desde el principio pude notar; la timidez de Jorge y de Lorena; Itziar mostrando que tenía ya una personalidad totalmente marcada a pesar de su juventud; a Laura, esa niña pequeñita de ojos verdes que vino de las Américas y que mataba por leer siempre, entonando e interpretando todos los personajes (y yo encantado); a Beatriz, mirándome entre asustada y divertida de lo que yo decía; a Javier (ya con los dos apellidos detrás), pidiéndome ir al baño constantemente; a Kenneth, intentando ya ir de malote, pero sin conseguirlo nunca conmigo; a María, delicada y despistada a partes iguales; a Marta, mirándome con sus ojazos bien abiertos y escribiendo ya de maravilla; a Sergio, que desde el segundo día me saludaría absolutamente todos los días con su "¡buenos días, Juan Antonio!" que tanto me ha gustado siempre; y a todos los que se quedaron por el camino y que luego volverian a mí dos años después (Alberto, Edu, Eros...).
Cuando a final de curso me dijeron que pasaba a 3º y 4º solamente, me dio mucha pena no poder seguir con 1ºC en 2ºC transformado. Y os lo comuniqué al final de curso. Muchos de vosotros pusisteis carita de pena, y eso me dio más lástima a mí todavía; pero os dije que volveríais conmigo en 3º. Ya no sería igual, os dejaba niños, os recogería adolescentes; y yo sería también un profesor distinto, porque tocaba dar caña, con una materia bastante más difícil y exámenes largos y más complicados.
Y volvisteis, cambiados todos. No os había perdido la vista, pero volvisteis con nuevas pintas, con un tamaño considerable, con un pavo encima que ni el de Navidad, y volvisteis a conquistarme, aunque ahora mi corazón estaba dividido entre tres cursos en tres partes iguales. Yo también había cambiado de aspecto y de método. Sé que puedo haber estado intenso estos dos años, pero lo he hecho siempre desde el entusiasmo, para que aprendierais, para que os gustara la asignatura, para que fuerais lo mejor preparados en la materia, pero también en la vida. ¿Lo habré conseguido? No sé, el tiempo lo dirá y vosotros me lo contaréis...
Y en el próximo capítulo: "J. A. Tutorator vs 3º B: welcome to the jungle"
Llegó septiembre y me dieron el horario: el curso asignado era 1º C. No sabía nada de ellos, tampoco quise preguntar mucho para no hacerme prejuicios, aunque me habían comentado que era un grupo bastante bueno. Cuando entré por primera vez en la clase, esa fría aula de 1º C al fondo del pasillo, al ver a mis nuevos alumnos, me quedé encantado. ¡Erais taaaaan pequeños...! Yo me veía como un ogro de cuento, con mis barbas, mi tamaño y mi voz, frente a un grupo de niños que me miraban entre inquietos, asustados y absortos a todo lo que yo dijera.
Recuerdo llegar a casa y comentar que erais muy ricos, tan chicos, con esas caritas asustadas pero interesadas por todo, con afán de aprender. Inmediatamente, 1º C se convirtió en mi grupo favorito de ese curso, y eso que en los dos cursos de diversificación estaban algunas de las personas que más quiero y con los que mantengo relación aún, y en 4º tenía a varios alumnos que, a día de hoy, forman parte de mi vida. Pero entrar en esa clase era algo mágico, era como entrar en un sitio en el que podías enseñar y enseñar, y allí estabais encantados, o por lo menos lo parecíais.
Y recuerdo perfectamente la espontaneidad de Juan Modesto, asustándose de verdad cuando contaba algo de miedo; a Eva y a Adrián expresándose con esa perfección tan impropia de unos chicos de 12 años y siempre atentos a todo; a Irene y a Gloria, con su sonrisa dulce siempre en la cara; a Castrum (ahí se ganó el sobrenombre) con su raqueta con mensajes como "me sé la respuesta"; a Vozmediano y su cara de interés con la boca abierta cuando contaba alguna historia; a Ángel, tan espigado ya y siempre sonriéndome al final de la clase, con ese cariño que desde el principio pude notar; la timidez de Jorge y de Lorena; Itziar mostrando que tenía ya una personalidad totalmente marcada a pesar de su juventud; a Laura, esa niña pequeñita de ojos verdes que vino de las Américas y que mataba por leer siempre, entonando e interpretando todos los personajes (y yo encantado); a Beatriz, mirándome entre asustada y divertida de lo que yo decía; a Javier (ya con los dos apellidos detrás), pidiéndome ir al baño constantemente; a Kenneth, intentando ya ir de malote, pero sin conseguirlo nunca conmigo; a María, delicada y despistada a partes iguales; a Marta, mirándome con sus ojazos bien abiertos y escribiendo ya de maravilla; a Sergio, que desde el segundo día me saludaría absolutamente todos los días con su "¡buenos días, Juan Antonio!" que tanto me ha gustado siempre; y a todos los que se quedaron por el camino y que luego volverian a mí dos años después (Alberto, Edu, Eros...).
Cuando a final de curso me dijeron que pasaba a 3º y 4º solamente, me dio mucha pena no poder seguir con 1ºC en 2ºC transformado. Y os lo comuniqué al final de curso. Muchos de vosotros pusisteis carita de pena, y eso me dio más lástima a mí todavía; pero os dije que volveríais conmigo en 3º. Ya no sería igual, os dejaba niños, os recogería adolescentes; y yo sería también un profesor distinto, porque tocaba dar caña, con una materia bastante más difícil y exámenes largos y más complicados.
Y volvisteis, cambiados todos. No os había perdido la vista, pero volvisteis con nuevas pintas, con un tamaño considerable, con un pavo encima que ni el de Navidad, y volvisteis a conquistarme, aunque ahora mi corazón estaba dividido entre tres cursos en tres partes iguales. Yo también había cambiado de aspecto y de método. Sé que puedo haber estado intenso estos dos años, pero lo he hecho siempre desde el entusiasmo, para que aprendierais, para que os gustara la asignatura, para que fuerais lo mejor preparados en la materia, pero también en la vida. ¿Lo habré conseguido? No sé, el tiempo lo dirá y vosotros me lo contaréis...
Y en el próximo capítulo: "J. A. Tutorator vs 3º B: welcome to the jungle"
jueves, 2 de junio de 2011
Llegando hasta el final
Queridos alumnos:
Os comunico que el lunes pondré la calificación del blog para la 3ª evaluación, así que tenéis hasta dicho día para hacer vuestras entradas rascando puntos para la media. Lo que sí os pediría a todos es una entrada de despedida, para dar final a lo que ha sido todo un curso escribiendo en el blog: para qué os ha servido, qué habéis sacado en claro de ello...Y de paso hacer una despedida formal de lo que ha sido vuestros años en el Juande. Yo también haré una despedida oficial, pero será un hasta luego, pues este blog no lo voy a cerrar, para así poder seguiros a todos los que decidáis seguir escribiendo vuestro blog ya fuera del cole. Sería una forma estupenda de saber de vosotros, de nunca perder el contacto, ya sin obligaciones ni de entradas ni de notas, simplemente disfrutando de leernos los unos a los otros para saber de nuestras vidas.
Dicho está.
Os comunico que el lunes pondré la calificación del blog para la 3ª evaluación, así que tenéis hasta dicho día para hacer vuestras entradas rascando puntos para la media. Lo que sí os pediría a todos es una entrada de despedida, para dar final a lo que ha sido todo un curso escribiendo en el blog: para qué os ha servido, qué habéis sacado en claro de ello...Y de paso hacer una despedida formal de lo que ha sido vuestros años en el Juande. Yo también haré una despedida oficial, pero será un hasta luego, pues este blog no lo voy a cerrar, para así poder seguiros a todos los que decidáis seguir escribiendo vuestro blog ya fuera del cole. Sería una forma estupenda de saber de vosotros, de nunca perder el contacto, ya sin obligaciones ni de entradas ni de notas, simplemente disfrutando de leernos los unos a los otros para saber de nuestras vidas.
Dicho está.
domingo, 15 de mayo de 2011
Lo mejor y lo peor.
Ya, lo sé. Tenéis razón. Tengo totalmente abandonado el blog, vuestro blog, el blog de todos y cada uno de vosotros, mis lectores. Pero prometo volver a ser constante en mi trabajo. Y no me vengáis con que a vosotros os exijo escribir todas las semanas. Yo no tengo que hacerlo para conseguir nota. Vosotros sí.
El ser humano es contradictorio por naturaleza, somos una paradoja con patas. Uno es capaz de decir algo en voz alta y pensar lo contrario. Alguien puede ser la persona más amable del mundo y luego hacer el mal a diestro y siniestro. Uno es capaz de ser una persona culta y vulgar al mismo tiempo.
Y eso fui yo ayer. ¿No es paradójico empezar el día con Shakespeare y terminarlo con Eurovisión? Sí, yo soy una paradoja hecha hombre. Pero es lo que me enriquece, me hace diferente. Ser capaz de disfrutar con una obra de teatro clásico inglés por la tarde, para después carcajearte de los pelos de los representantes de Irlanda por la noche.
Hacía semanas que había conseguido entradas para ver "Richard III" de Shakespeare en los teatros del Canal, sitos al lado del metro Canal (lo digo porque os pilla a tiro de piedra de San Blas, ese gran barrio), y que son espectaculares. Contando que, por un problema con el móvil (que sonó a las ocho del sábado), había madrugado como un día normal y tenía un sueño del copón, pensar que a las cinco de la tarde iba a ver una obra en inglés del siglo XVI era algo que me aterraba. Me iba a quedar sopa, iba a ponerme a roncar y quedaría como lo peor.
Sin embargo, la obra fue tan estupenda que me tuvo atento todo el tiempo, salvo un par de momentos de crisis somnolienta que tuve al final de la primera parte de la obra. En escena, vemos a unos siniestros señores que se mueven por todo el escenario con unas batas blancas y unas máscaras del mismo color, dejándoles solo libres los ojos y la boca. Ricardo III cuenta la historia de un príncipe deforme, chepudo y malvado que intentará por todos los medios hacerse con el trono, cargándose a todo el que se ponga por medio (especialmente toda su familia) y manipulando a todo el mundo para conseguir su objetivo. La maldad y mezquindad humana aparecen en todo su esplendor en este personaje, que crea atracción y repulsión al mismo tiempo.
Si la historia es ya de por sí interesante, une una escenografía moderna, industrial y muy quirúrgica (biombos médicos, que servían para meter a los actores en el escenario; cortinas de plástico industrial, camillas...) y un puntito gore propio de las películas de terror (incluída una sierra mecánica), y tienes un espectáculo alucinante de dos horas y media. Además, como ocurría en los tiempos de Shakespeare, no hay actrices, los papeles femeninos son hechos por hombres, lo que le da todavía más fuerza y más mal rollo a la historia. Alucinante.
Después de aquello, salí tan tarde que no pude ir a recoger mis nuevas gafas (nuevo look para el martes, atentos a su profesor; bueno, el cambio es mínimo, la verdad...) porque tenía invitados en casa. Este año me tocaba la celebración de la fiesta Eurovisión en mi mansión. Consiste principalmente en un grupo de personas que se parten de risa de todo detalle, que no dejan escuchar ninguna de las canciones, que dan puntos por cosas tan absurdas como "un punto por la fregona que lleva en la cabeza el cantante" (eso se dijo del representante francés) o "le subo dos puntos por ese vestido de Xena que lleva la eslovena".
Quince de mis amigos se me presentaron en casa, con ganas de cachondeo frívolo y superficial. Y yo, después de dos horas shakesperianas, necesitaba también mi ración de frivolidad. Eurovisión es un tostorrio. Todos lo sabemos. Dura demasiado, las canciones son, en su mayoría, espantosas, la puesta en escena suele ser de lo más hortera, el momento votaciones es eterno...pero aún así, cada año volvemos a caer y lo vemos.
Para hacer más atractiva la cosa, hacemos una porra. Cada uno elige sus tres países favoritos, se suman los puntos que han conseguido y el que obtenga mayor puntuación se lleva dicha porra. Elegí a Serbia, Rumanía y Rusia. No me dejé llevar por el corazón sino por las votaciones del Este. Y fallé estrepitosamente. Tras varios años ganando la porra, quedé el penúltimo, solo superado en patetismo por mi amigo L., que se atrevió a decir que España quedaría la 2ª.
Lo de España es de traca. Parece que solo nos interesa que nuestra imagen cutre y casposa no desaparezca nunca. ¿Quién eligió esa canción? ¿Y esa coreografía? La canción más hortera con diferencia de todo el festival, y eso es decir mucho. A cero tendría que haber quedado.
Una vez terminado el festival, no conseguí echar a mis amigos, que se apoltronaron en los sofás como si les hubieran pegado a ellos. La conversación comenzó con los comentarios sobre por qué seguimos viendo Eurovisión si es horrible, siguió por el reality de Alaska y Mario Vaquerizo para la MTV (el "guilty pleasure" de la temporada) y por las elecciones municipales (discutiendo quién sale peor en los carteles, si Esperanza Mehehechoemo o Tomás Estoyaporuvas), hasta llegar a la discusión literaria de la noche, si era mejor Shakespeare o Cervantes. En una noche de humillación para nuestra patria, no hay color: el de Alcalá de Henares patea el trasero al de Stradford upon Avon.
De nuevo, pasando de lo peor a lo mejor en cero coma...
El ser humano es contradictorio por naturaleza, somos una paradoja con patas. Uno es capaz de decir algo en voz alta y pensar lo contrario. Alguien puede ser la persona más amable del mundo y luego hacer el mal a diestro y siniestro. Uno es capaz de ser una persona culta y vulgar al mismo tiempo.
Y eso fui yo ayer. ¿No es paradójico empezar el día con Shakespeare y terminarlo con Eurovisión? Sí, yo soy una paradoja hecha hombre. Pero es lo que me enriquece, me hace diferente. Ser capaz de disfrutar con una obra de teatro clásico inglés por la tarde, para después carcajearte de los pelos de los representantes de Irlanda por la noche.
Hacía semanas que había conseguido entradas para ver "Richard III" de Shakespeare en los teatros del Canal, sitos al lado del metro Canal (lo digo porque os pilla a tiro de piedra de San Blas, ese gran barrio), y que son espectaculares. Contando que, por un problema con el móvil (que sonó a las ocho del sábado), había madrugado como un día normal y tenía un sueño del copón, pensar que a las cinco de la tarde iba a ver una obra en inglés del siglo XVI era algo que me aterraba. Me iba a quedar sopa, iba a ponerme a roncar y quedaría como lo peor.
Sin embargo, la obra fue tan estupenda que me tuvo atento todo el tiempo, salvo un par de momentos de crisis somnolienta que tuve al final de la primera parte de la obra. En escena, vemos a unos siniestros señores que se mueven por todo el escenario con unas batas blancas y unas máscaras del mismo color, dejándoles solo libres los ojos y la boca. Ricardo III cuenta la historia de un príncipe deforme, chepudo y malvado que intentará por todos los medios hacerse con el trono, cargándose a todo el que se ponga por medio (especialmente toda su familia) y manipulando a todo el mundo para conseguir su objetivo. La maldad y mezquindad humana aparecen en todo su esplendor en este personaje, que crea atracción y repulsión al mismo tiempo.
Si la historia es ya de por sí interesante, une una escenografía moderna, industrial y muy quirúrgica (biombos médicos, que servían para meter a los actores en el escenario; cortinas de plástico industrial, camillas...) y un puntito gore propio de las películas de terror (incluída una sierra mecánica), y tienes un espectáculo alucinante de dos horas y media. Además, como ocurría en los tiempos de Shakespeare, no hay actrices, los papeles femeninos son hechos por hombres, lo que le da todavía más fuerza y más mal rollo a la historia. Alucinante.
Después de aquello, salí tan tarde que no pude ir a recoger mis nuevas gafas (nuevo look para el martes, atentos a su profesor; bueno, el cambio es mínimo, la verdad...) porque tenía invitados en casa. Este año me tocaba la celebración de la fiesta Eurovisión en mi mansión. Consiste principalmente en un grupo de personas que se parten de risa de todo detalle, que no dejan escuchar ninguna de las canciones, que dan puntos por cosas tan absurdas como "un punto por la fregona que lleva en la cabeza el cantante" (eso se dijo del representante francés) o "le subo dos puntos por ese vestido de Xena que lleva la eslovena".
Quince de mis amigos se me presentaron en casa, con ganas de cachondeo frívolo y superficial. Y yo, después de dos horas shakesperianas, necesitaba también mi ración de frivolidad. Eurovisión es un tostorrio. Todos lo sabemos. Dura demasiado, las canciones son, en su mayoría, espantosas, la puesta en escena suele ser de lo más hortera, el momento votaciones es eterno...pero aún así, cada año volvemos a caer y lo vemos.
Para hacer más atractiva la cosa, hacemos una porra. Cada uno elige sus tres países favoritos, se suman los puntos que han conseguido y el que obtenga mayor puntuación se lleva dicha porra. Elegí a Serbia, Rumanía y Rusia. No me dejé llevar por el corazón sino por las votaciones del Este. Y fallé estrepitosamente. Tras varios años ganando la porra, quedé el penúltimo, solo superado en patetismo por mi amigo L., que se atrevió a decir que España quedaría la 2ª.
Lo de España es de traca. Parece que solo nos interesa que nuestra imagen cutre y casposa no desaparezca nunca. ¿Quién eligió esa canción? ¿Y esa coreografía? La canción más hortera con diferencia de todo el festival, y eso es decir mucho. A cero tendría que haber quedado.
Una vez terminado el festival, no conseguí echar a mis amigos, que se apoltronaron en los sofás como si les hubieran pegado a ellos. La conversación comenzó con los comentarios sobre por qué seguimos viendo Eurovisión si es horrible, siguió por el reality de Alaska y Mario Vaquerizo para la MTV (el "guilty pleasure" de la temporada) y por las elecciones municipales (discutiendo quién sale peor en los carteles, si Esperanza Mehehechoemo o Tomás Estoyaporuvas), hasta llegar a la discusión literaria de la noche, si era mejor Shakespeare o Cervantes. En una noche de humillación para nuestra patria, no hay color: el de Alcalá de Henares patea el trasero al de Stradford upon Avon.
De nuevo, pasando de lo peor a lo mejor en cero coma...
miércoles, 13 de abril de 2011
Momentos estelares I
Supongo que todavía andaréis como muertos vivientes de la cama al sofá, y del sofá a la cama. Yo estoy igual, no os creais, porque la paliza ha sido tremenda también para nosotros. Pero ha valido la pena. El viaje ha sido un éxito, nos lo hemos pasado todos muy bien. A pesar del momento chungo en el que todo podría haberse ido a la porra, todo ha ido por buen camino. Supisteis reaccionar, cambiar la actitud y divertiros sin necesidad de meternos en problemas, sin menoscabar nuestra confianza y nuestro cariño. Y no por eso lo habéis pasado peor.
Por otra parte, yo quiero disculparme si he estado a veces gruñón y gritón, pero es que mover a un grupo tan grande de personas por toda esa ciudad repleta de turistas ha sido una tarea muy muy difícil y dura. Mi salud lo ha pagado también (hoy estoy fatal de la garganta). No era mi intención ser un gruñón, era mi deber...
Como todos los años, el viaje termina con mucho cansancio pero también con muchas anécdotas divertidas. De esta manera, según vaya recordando momentos estelares, los iré poniendo en este mi blog y vuestro blog. Ahí van algunos de ellos:
- The walking dead: tras ver la serie, os habéis mimetizado con los zombies en algunos momentos. Caminar entre vosotros era como caminar entre los muertos vivientes de la serie, aunque estos algo más vivos que vosotros.
- El empanamiento general: no había manera. A pesar de que os decíamos mil veces que no perdierais de vista al que iba delante, para saber por dónde había que ir, nada. A la mínima, estabais tan empanados que os quedabais parados sin moveros, con los consiguientes ataques de nervios nuestros, para que no se nos perdiera nadie.
- Los cubiertos: a estas alturas de vuestras vidas os tuve que explicar (y lo tengo que hacer de nuevo, ver siguiente momento estelar) que cuando se dice la expresión "pagar el cubierto" significa exactamente "pagar el servicio de camareros en el restaurante". Se paga en muchos sitios de el mundo, incluídos algunos restaurantes de España. Sin embargo, la indignación fue mayúscula para algunos de vosotros, que acabasteis llevándoos los cubiertos "puesto que los habíais pagado". A mí casi me da un ataque. Super anécdota para contar para el resto de mis días.
- Ese arco de seguridad....que pita a Chamoso. Abre la mochila, dice la guardia. ¿Hay algo metálico? pregunta. No, que yo recuerde...¡ah sí! llevo el cuchillo de cuando me lo llevé porque me lo habían cobrado. Im-prezionante. Un cuchillo en la mochila en un aeropuerto, cuchillo llevado de un restaurante por "estar cobrado". ¿Es o no es esto SURREALISMO PURO Y DURO?
- Las transformaciones: a lo largo de los días muchos alumnos han ido mimetizándose con el país, Italia. Bueno, especialmente con un personaje: Vito Corleone, también conocido como "el Padrino". No sé si porque querían amenazar a alguien o porque perdieron la voz de tanto vociferar durante días, pero el número de Corleones que han vuelto a España es muy importante. Mención especial a "la Madrina". Italia entera ha agradecido esa afonía.
sábado, 2 de abril de 2011
Consejos
Fin de semana de reflexión. Tras los acontecimientos ocurridos y la reacción tan positiva de vosotros, queridos alumnos, ante los incidentes, con un compromiso aún mayor del que había anteriormente, comienzo a plantearme ya más en positivo el ir al viaje de fin de curso. Por ello, llega el momento de daros varios consejos para el viaje:
- Llevad calzado cómodo, recordad que vamos a estar andando mucho mucho tiempo, y si vais con el calzado inapropiado o mal llevado (por ejemplo, con los cordones desatados), acabaréis con un buen dolor de pies o con rozaduras. La moda es la moda. El viajar es otra cosa.
- No os olvidéis la cámara de fotos. Especialmente el día de la cúpula de San Pedro, tendremos la oportunidad de ver unas vistas extraordinarias de la ciudad.
- No olvidéis que nada más llegar al hotel, lo primero que habrá que hacer es una inspección de las habitaciones, especialmente de las láminas del somier de la cama, para que luego no tengamos ningún problema.
- Ojo siempre con la cartera y demás objetos de valor que llevéis. Roma no es una ciudad peligrosa (mucho menos que Madrid, por ejemplo), pero al haber tantos turistas, los descuideros siempre están al acecho, especialmente en el metro, en los autobuses y en el tranvía, así como en las grandes aglomeraciones.
- Haced caso omiso a los pesadísimos vendedores ambulantes que rodean lugares muy turísticos de Roma, pues si les hacéis caso, estáis perdidos ya que no os dejarán ni a sol ni a sombra. En este grupo, incluímos a los que van disfrazados de romanos para hacerse una foto contigo que, por supuesto, no es gratuita.
- Respetad siempre el silencio cuando entremos en cualquier tipo de iglesia, así como en las Catacumbas de San Calisto. Se trata de recintos religiosos donde hay que mantener el respeto y la compostura. Especialmente lo pido en la Cripta de los Capuchinos, aunque os vaya a costar mucho.
- Mantened siempre el tono cortés y educado, como el otro día vimos en la clase de Lengua. No tenemos que demostrar nada a nadie, ni de qué país venimos ni de qué barrio. La educación no está reñida con el estilo y la gracia española (y sanblasera).
- Olvidad el chándal en casa. No hay cosa más choni que un chándal, pero salir en una foto de viaje por Roma con él lo supera.
- Que haya otros institutos o colegios en el hotel no significa que tengamos que animalizar nuestro comportamiento. Podréis establecer contacto con ellos, no os vamos a tener aislados del mundo, pero que eso no os revoluciones, por favor.
- Cuidado con los gastos excesivos: os da por comprar todo tipo de adornos inútiles y más bien feos como regalos. Sed prudentes en las compras. Os lo agradecerá todo el mundo, incluídos aquellos que no tengan que poner en su casa la espantosa figurita de la Pietá que le comprasteis en un puesto callejero.
- Desayunad fuerte en el hotel, porque uno sabe cuándo desayuna, pero en estos viajes no se sabe cuándo come. Por ello, si no tenéis muchas ganas, podéis haceros un bocadillito con lo que dan o una pieza de fruta, y os lo coméis cuando os entre hambre a media mañana.
- Plantead bien los turnos para las duchas, para que luego no haya problemas y todos podáis estar a tiempo para las salidas.
- Seguro que se me ocurrirá alguna más; si es así, pondré una segunda entrada. Aprovechad también para plantear dudas y os intentaré contestarlas con brevedad.
miércoles, 30 de marzo de 2011
Roma
Pues sí, he esperado a que pudiésemos hablar con vosotros esta mañana para después escribir esta breve entrada. Simplemente escribo esto para que se convierta en un foro de debate, o más bien en un foro de reflexión ante lo que ha ocurrido. Y es que para nosotros es grave, ha sido una decepción muy grande que no nos esperábamos. Siempre podemos sospechar algo, pero que ya directamente esté premeditado la traición (sí, no lo puedo llamar de otra manera) desde aquí en Madrid, pues duele mucho. Y duele porque creemos que queréis que vayamos porque os lleváis bien con nosotros, porque nos apreciáis, porque es un momento muy especial que queríais compartir con nosotros...Y cuando vemos que hay gente que se aprovecha de nuestra forma de ser para darnos la puñalada por detrás, pues no es agradable. Seguro que alguno todavía pensará que somos unos exagerados, pero claro, esos no deben de saber la enorme responsabilidad que es para nosotros llevar a cincuenta adolescentes; no deben de saber que tenemos una responsabilidad civil (es decir, jurídica) si os ocurre algo. Que los padres pueden pedirnos explicaciones ante todo esto y puede costarnos la carrera, incluso. No, es más importante beber y después ir diciendo cómo nos la colaron pero bien. Eso decepciona y mucho. Espero que ahora muchos hayáis reflexionado y tengáis seguro que no haréis nada de lo que os podáis arrepentir. Pero sé que sigue habiendo alguna persona en todo el grupo que le da exactamente igual, que no piensa en nosotros, en el grupo, en todos. Que sigue con una actitud infantiloide y de falsa rebeldía que lo único que puede traer es problemas para todos. A esas personas les pediría que recapaciten y que decidan hacer lo correcto y no meter más la pata. Yo no quiero ir de perro guardián, porque para eso no voy. Espero no tener que serlo. Espero vuestra ayuda y colaboración. Y que pasemos unos días inolvidables. Gracias de antemano a todos.
jueves, 17 de marzo de 2011
Concurso de relatos de Renfe
Queridos y estimados alumnos:
Quizás tengáis una pequeña dificultad para distinguir las subordinadas sustantivas (pequeño desastre en 4ºC a pesar de llevar más de un mes trabajando en ello), pero tengo por seguro que muchos de vosotros escribís fenomenal, tenéis estilo, ideas y ganas.
Por ello, os traigo esta información sobre el concurso de relatos cortos que convoca por quinta vez Renfe (sí, la de los trenes).
El concurso consiste en realizar un relato breve, de 99 palabras (incluyendo el título), con el tema "El tránsito, el viaje, el movimiento hacia un destino". Vamos, que el tema será viajes realizados en un tren. El tema, como veis, puede dar mucho de sí, y más a vosotros.
Si conseguís estar entre los tres finalistas, podréis conseguir un libro electrónico modelo Papyre 6.S alex. El plazo de presentación de relatos es del 14 de marzo (es decir, ya ha empezado) y terminará el 15 de abril (día incluído). El fallo del jurado se producirá desde el 17 de abril hasta el 19 de abril.
Un total de 25 relatos escogidos serán publicados en la web de Renfe. Recordad, algunos de vosotros queréis dedicaros al mundo del periodismo y de la palabra escrita, creo que esto es importante para vuestro Currículum, sobre todo si ganáis o quedáis seleccionados para ser publicado vuestro relato.
Me encantaría que participarais, porque me sentiría también muy orgulloso de ver cómo os gusta escribir y disfrutáis de la creación literaria, y que no solo yo lo sepa.
Las bases del concurso están en:
http://www.renfe.com/viajeros/cercanias/madrid/relatos/bases_concurso.html
Animaos, que no cuesta nada.
Quizás tengáis una pequeña dificultad para distinguir las subordinadas sustantivas (pequeño desastre en 4ºC a pesar de llevar más de un mes trabajando en ello), pero tengo por seguro que muchos de vosotros escribís fenomenal, tenéis estilo, ideas y ganas.
Por ello, os traigo esta información sobre el concurso de relatos cortos que convoca por quinta vez Renfe (sí, la de los trenes).
El concurso consiste en realizar un relato breve, de 99 palabras (incluyendo el título), con el tema "El tránsito, el viaje, el movimiento hacia un destino". Vamos, que el tema será viajes realizados en un tren. El tema, como veis, puede dar mucho de sí, y más a vosotros.
Si conseguís estar entre los tres finalistas, podréis conseguir un libro electrónico modelo Papyre 6.S alex. El plazo de presentación de relatos es del 14 de marzo (es decir, ya ha empezado) y terminará el 15 de abril (día incluído). El fallo del jurado se producirá desde el 17 de abril hasta el 19 de abril.
Un total de 25 relatos escogidos serán publicados en la web de Renfe. Recordad, algunos de vosotros queréis dedicaros al mundo del periodismo y de la palabra escrita, creo que esto es importante para vuestro Currículum, sobre todo si ganáis o quedáis seleccionados para ser publicado vuestro relato.
Me encantaría que participarais, porque me sentiría también muy orgulloso de ver cómo os gusta escribir y disfrutáis de la creación literaria, y que no solo yo lo sepa.
Las bases del concurso están en:
http://www.renfe.com/viajeros/cercanias/madrid/relatos/bases_concurso.html
Animaos, que no cuesta nada.
jueves, 3 de marzo de 2011
Oraciones
Estas son las oraciones que tenéis todos que analizar para el próximo jueves. Los de 4º C ya las tenéis y los de 4º A os faltaban seis. Ojo que ya hay subordinadas sustantivas, coordinadas y algunas con mezcla de las dos. En estos casos, ponéis sobre el nexo de coordinada el tipo de coordinación que introduce.
- A mi novia le ha encantado que le hayas invitado a ella también a tu cumpleaños
- Los participantes del curso decidieron que harían un descanso tras las dos primeras horas para desayunar
- No he visto ninguna de las películas nominadas pero dicen que Cisne Negro es realmente buena
- El auténtico motivo de mi llamada es que pongamos final a esta discusión absurda civilizadamente
- No tengo la más mínima duda de que mis notas de Lengua van a ser estupendas otra vez
- Dos cursos de Tercero van hoy a la Biblioteca Nacional con el profesor de Lengua y el próximo martes irán los otros dos cursos
- Mi hermano se arrepintió de que me prestara su coche aquella noche fatídica por mi falta de responsabilidad
- Siento que te hayan suspendido tres asignaturas y que hayas sido castigado por tus padres durante tres meses
- Es bastante posible que en Roma tengamos muy buen tiempo los cinco días.
- Javier está siendo intransigente, es decir, no tolera las diferentes ideas de los demás por cabezonería
- A mi novia le ha encantado que le hayas invitado a ella también a tu cumpleaños
- Los participantes del curso decidieron que harían un descanso tras las dos primeras horas para desayunar
- No he visto ninguna de las películas nominadas pero dicen que Cisne Negro es realmente buena
- El auténtico motivo de mi llamada es que pongamos final a esta discusión absurda civilizadamente
- No tengo la más mínima duda de que mis notas de Lengua van a ser estupendas otra vez
- Dos cursos de Tercero van hoy a la Biblioteca Nacional con el profesor de Lengua y el próximo martes irán los otros dos cursos
- Mi hermano se arrepintió de que me prestara su coche aquella noche fatídica por mi falta de responsabilidad
- Siento que te hayan suspendido tres asignaturas y que hayas sido castigado por tus padres durante tres meses
- Es bastante posible que en Roma tengamos muy buen tiempo los cinco días.
- Javier está siendo intransigente, es decir, no tolera las diferentes ideas de los demás por cabezonería
miércoles, 2 de marzo de 2011
The coolest band on Earth
Año 2000. El rock estaba en decadencia. El techno se estaba haciendo fuerte, ya nada interesante con guitarras sonaba. Pero llegaron ellos, una banda de pijos neoyorquinos con pinta de desarrapados cool iban a salvarnos de las garras del house, del drum&bass y otros sonidos electrónicos para poner al rock en el sitio que le correspondía. Se llamaban The Strokes y eran de Nueva York. Con un disco, "This is it", que duraba apenas 30 minutos, pusieron patas arriba el mundo, llenándolo de nuevo de riffs de guitarras, de actitud, de rebeldía rock. Y todo partía de un grupo de niños bien de Manhattan, con un cantante hijo del dueño de la agencia Elite de moda, y otros cachorros del Upper East Side, pero que se movían por los peores tugurios del Lower East Side. Con sus pintas, sus converses y sus guitarras dieron esperanzas al rock más cool, ni épico ni jevorro. Cool.
Y han vuelto, después de un tiempo sin sacar nada. Y con un single que ¡vaya single!. Aquí os dejo con el vídeo de "Under cover of darkness". Y luego a investigar en el yutuf si os gustan
Y han vuelto, después de un tiempo sin sacar nada. Y con un single que ¡vaya single!. Aquí os dejo con el vídeo de "Under cover of darkness". Y luego a investigar en el yutuf si os gustan
domingo, 13 de febrero de 2011
Plan diurno
Yo era un animal nocturno. Vegetaba en casa hasta que caía la noche y me lanzaba a las calles. Era. Porque ahora soy un animal diurno, ya no soporto a la gente que sale de noche, me ponen de los nervios la panda de descerebrados que pueblan los bares y clubes de Madrid. Me estoy haciendo viejo. Pero como mis amigos llevan el mismo camino, pues últimamente hacemos planes diurnos, que consisten en pasar todo el día juntos, comer, hacer algo cultural y, si no nos puede el cansancio, acabar rollo chill-out en casa de algún amigo.
Ayer tocaba plan diurno. Así que resumo lo que puede ser un plan diurno perfecto en Madrid un día de sol:
- Inicio de la ruta: barrio de Conde Duque, mi antiguo barrio. Mala elección: empezar en un bar llamado El cangrejero. A mí me encantó porque sonaba a Bob Esponja. Pero no era tan amable todo como en los dibujos favoritos de los niños (y de muchos adultos), sino que el dueño era un hombre arisco y antipático, y los precios eran todo menos populares. Precio de una ración de patatas (en realidad una bolsa cutre y pequeña de patatas fritas): 2 euros; de aceitunas, 3 euros. ¡¡Anda ya!!
- Continuar por La taberna de San Bernardo, en la calle del mismo nombre esquina con San Bernardino.En este bar, pides la comida y luego te llaman a voces, destrozándote los tímpanos. Lo gracioso es siempre hacer la puñeta a algún amigo poniendo su nombre o mote.
- Seguir la ruta gastronómica por los bares de tapas más cool de Malasaña, especialmente el Divina Gula, calle Fuencarral a la altura de la Glorieta de Bilbao. Tapas superelaboradas y complicadas por precios aceptables. Han perdido calidad, mi brocheta de solomillo al curry no fue lo que me esperaba.
- Visitar la Zarrien Haus de moda en Madrid, Tiger, donde puedes comprar cualquier zarrio inútil por una escasa cantidad de dinero. Me compré unos bolis muy monos, un exprimidor de limones rojo y una caja de bombones en forma de corazón para repartirlos entre mis amigos, a los que quiero mucho.
- Tomar el café en el café Ruiz, un clásico de Madrid, el típico café de mesas de marmol, tan castizas. Hay que procurar no quedar con amigos con dos niños pequeños, te pueden atragantar el café, amén de comerse tus barquillos y chocolatinas que lo acompañan.
- Dar esquinazo a los amigos con niños (no, no voy a ser padre definitivamente) y pasear por el barrio de Malasaña, para ver cómo se ha convertido en el barrio más trendy de Madrid, hasta pasar al Triball. Este es el barrio que ha nacido detrás de la Gran Vía, un barrio conflictivo, sórdido y hasta peligroso, que lo están reconvirtiendo en una especie de SoHo a la madrileña, pero que le queda mucho por llegar a ese nivel neoyorquino.
- En el Triball, asistir a un evento moderno, de esos que te cuelas porque tienes cara, organizado por una marca de ginebra de estas megacaras. Se trataba de un curso de seducción al estilo decimonónico, y te regalaban chorradas y te invitaban a tomar algo. A los chicos, nos dieron un ridículo curso de cómo seducir con un sombrero (gracias a Dios, el instructor pasó de mí); las chicas, cómo seducir con el abanico. Menuda ridiculez. Pero era gratis, estaba muy bien montado, todo era muy moderno y bebías gratis.
- Dejar en un sitio moderno la impronta del barrio del que vienes, San Blas. Tras un pequeño percance con una chaqueta de ante de una überpija (un ligero derrame de líquidos) y su sobrerreacción maleducada, unos amigos pasaron de la disculpa sincera y amable a sacar el barrio que tienen dentro (San Blas) y ponerlas en su sitio.
-Descansar, charlar y tomar algo en Nanai, en la calle Barco (Triball), local enorme que parece una casa, donde puedes pasar las horas de charleta con tus amigos, mientras escuchas buena música. Allí nos reunimos con los embarazados. Son tres parejas de amigos que han decidido ser padres. ¿Por qué? Vete a saber...
- Cenar en el Lunch Box (también en la calle Barco, más cerca de Gran Vía), un barrio de estética retro cincuenta y temática tiki (de Hawaii), donde venden unos bocadillos de diseño que quitan el sentido.
- Darte cuenta de que llevas muchas horas fuera de casa, estás viejuno y agotado y retirarse a tu mansión, a tumbarnos en el sofá y darnos una sobredosis de la segunda temporada de Glee, que es más ñoña aún si cabe que la primera, pero que me divierte muchísimo.
¿No es un buen plan para un sábado, al fin y al cabo? Vale, me faltó algo, ir a la Fnac y comprar algo, pero bueno, eso ya lo he podido hacer hoy...
Ayer tocaba plan diurno. Así que resumo lo que puede ser un plan diurno perfecto en Madrid un día de sol:
- Inicio de la ruta: barrio de Conde Duque, mi antiguo barrio. Mala elección: empezar en un bar llamado El cangrejero. A mí me encantó porque sonaba a Bob Esponja. Pero no era tan amable todo como en los dibujos favoritos de los niños (y de muchos adultos), sino que el dueño era un hombre arisco y antipático, y los precios eran todo menos populares. Precio de una ración de patatas (en realidad una bolsa cutre y pequeña de patatas fritas): 2 euros; de aceitunas, 3 euros. ¡¡Anda ya!!
- Continuar por La taberna de San Bernardo, en la calle del mismo nombre esquina con San Bernardino.En este bar, pides la comida y luego te llaman a voces, destrozándote los tímpanos. Lo gracioso es siempre hacer la puñeta a algún amigo poniendo su nombre o mote.
- Seguir la ruta gastronómica por los bares de tapas más cool de Malasaña, especialmente el Divina Gula, calle Fuencarral a la altura de la Glorieta de Bilbao. Tapas superelaboradas y complicadas por precios aceptables. Han perdido calidad, mi brocheta de solomillo al curry no fue lo que me esperaba.
- Visitar la Zarrien Haus de moda en Madrid, Tiger, donde puedes comprar cualquier zarrio inútil por una escasa cantidad de dinero. Me compré unos bolis muy monos, un exprimidor de limones rojo y una caja de bombones en forma de corazón para repartirlos entre mis amigos, a los que quiero mucho.
- Tomar el café en el café Ruiz, un clásico de Madrid, el típico café de mesas de marmol, tan castizas. Hay que procurar no quedar con amigos con dos niños pequeños, te pueden atragantar el café, amén de comerse tus barquillos y chocolatinas que lo acompañan.
- Dar esquinazo a los amigos con niños (no, no voy a ser padre definitivamente) y pasear por el barrio de Malasaña, para ver cómo se ha convertido en el barrio más trendy de Madrid, hasta pasar al Triball. Este es el barrio que ha nacido detrás de la Gran Vía, un barrio conflictivo, sórdido y hasta peligroso, que lo están reconvirtiendo en una especie de SoHo a la madrileña, pero que le queda mucho por llegar a ese nivel neoyorquino.
- En el Triball, asistir a un evento moderno, de esos que te cuelas porque tienes cara, organizado por una marca de ginebra de estas megacaras. Se trataba de un curso de seducción al estilo decimonónico, y te regalaban chorradas y te invitaban a tomar algo. A los chicos, nos dieron un ridículo curso de cómo seducir con un sombrero (gracias a Dios, el instructor pasó de mí); las chicas, cómo seducir con el abanico. Menuda ridiculez. Pero era gratis, estaba muy bien montado, todo era muy moderno y bebías gratis.
- Dejar en un sitio moderno la impronta del barrio del que vienes, San Blas. Tras un pequeño percance con una chaqueta de ante de una überpija (un ligero derrame de líquidos) y su sobrerreacción maleducada, unos amigos pasaron de la disculpa sincera y amable a sacar el barrio que tienen dentro (San Blas) y ponerlas en su sitio.
-Descansar, charlar y tomar algo en Nanai, en la calle Barco (Triball), local enorme que parece una casa, donde puedes pasar las horas de charleta con tus amigos, mientras escuchas buena música. Allí nos reunimos con los embarazados. Son tres parejas de amigos que han decidido ser padres. ¿Por qué? Vete a saber...
- Cenar en el Lunch Box (también en la calle Barco, más cerca de Gran Vía), un barrio de estética retro cincuenta y temática tiki (de Hawaii), donde venden unos bocadillos de diseño que quitan el sentido.
- Darte cuenta de que llevas muchas horas fuera de casa, estás viejuno y agotado y retirarse a tu mansión, a tumbarnos en el sofá y darnos una sobredosis de la segunda temporada de Glee, que es más ñoña aún si cabe que la primera, pero que me divierte muchísimo.
¿No es un buen plan para un sábado, al fin y al cabo? Vale, me faltó algo, ir a la Fnac y comprar algo, pero bueno, eso ya lo he podido hacer hoy...
miércoles, 9 de febrero de 2011
Di sí, di no
En mi eterno afán por enseñaros, por mostraros la luz, aquí vienen mis recomendaciones de la semana, dividido en dos secciones: DI SÍ, DI NO.
DI SÍ:
- A King's speech (El discurso del rey): la película favorita para los óscars es todo un recital de buenas actuaciones, de un buen guión basado en una buena historia, de una puesta en escena impresionante.
DI NO:
- A 127 horas, de Danny Boyle: la historia del montañista que se cae en una grieta y se ve atrapado por un pedrolo en su piedra es un auténtico tostonazo. Aburrida, pretenciosa, cansina...Yo me tiré toda la película pensando en que ya pasaran las 127 horas y se acabara. Ni se os ocurra gastar un euro, por mucha nominación que tenga para los óscars.
DI SÍ:
- A las series americanas: acabo de terminar de ver "The wire", una de las mejores series jamás hecha, para todos aquellos que os guste el rollo policíaco y para los que no, como yo, porque la serie es mucho más.
DI NO:
- A las series españolas: cada vez vamos a peor. El otro día se me ocurrió ver El barco y mis instintos asesinos volvieron a surgir. No he visto cosa más mala en la vida. Intentan hacer un Perdidos a la española, pero sin tensión, sin buenos personajes, sin trama y con todos los elementos ridículos que parecen obligados en cualquier ficción de nuestro país: personaje gracioso, niña repelente, jovenzuelos y jovenzuelas de buen ver, un hombre de España (al estilo del inefable Fiti) y, como protagonista, el Javi de Verano Azul (la serie de Chanquete con la que toda generación de nuestro país ha sido torturado en alguna ocasión).
DI SÍ:
- A las dos nuevas divas de Europa: Adele y Robyn. La primera es una joven de 21 años inglesa, que canta como una auténtica diva del soul, quitándole el trono a Amy Winehouse (esta sigue perdida en su mundo de alcohol y drogas), que está siendo un auténtico exitazo en UK. Os recomiendo que busquéis dos canciones llamadas Set fire to the rain y Rolling in the deep. Impresionante. La otra, Robyn, es la que debería romper en cualquier pista de baile y no la cansina de la Gaga, que ya aburre. Escuchen ustedes Dancing on my own o Indestructible.
DI NO:
- A Pablo Alborán: ¿alguien necesita otro cantante cursi con tonito aflamencado? ¿Somos Europa realmente? Ya basta de cantantes ñoños que cantan a un amor choni.
DI SÍ:
- A irse de compras al centro: dejad de comprar ya en el Plenilunio, por favor, que parece esto ya "El ataque de los clones". Id de compras a Malasaña, a Fuencarral, por el amor de Dios.
DI NO:
- A los pendientes "CR7", a los pantalones metidos por dentro de las botas (para chicos) y a los botines de flecos (para chicas), y sobre todo, di no al depilado de cejas, especialmente para los chicos. Si tenéis uniceja, pues quitaos discretamente el entrecejo, pero basta ya. Los pokeros que lo hacen parecen alienígenas. Por supuesto, no cejo en mi empeño: NO A LA CRESTA POKERA. Alguien tiene que deciroslo ya de una vez: NO QUEDAN BIEN A NADIE.
DI SÍ:
- A estas camisetas. Se llaman "sufrocomogeno". Reirte de un famosillo de OT siempre es tendencia

DI NO:
- A suspender Lengua y Literatura. No es tendencia. Y menos cuando suspendes por faltas de ortografía o por no estudiar lo suficiente.
DI SÍ:
- A King's speech (El discurso del rey): la película favorita para los óscars es todo un recital de buenas actuaciones, de un buen guión basado en una buena historia, de una puesta en escena impresionante.
DI NO:
- A 127 horas, de Danny Boyle: la historia del montañista que se cae en una grieta y se ve atrapado por un pedrolo en su piedra es un auténtico tostonazo. Aburrida, pretenciosa, cansina...Yo me tiré toda la película pensando en que ya pasaran las 127 horas y se acabara. Ni se os ocurra gastar un euro, por mucha nominación que tenga para los óscars.
DI SÍ:
- A las series americanas: acabo de terminar de ver "The wire", una de las mejores series jamás hecha, para todos aquellos que os guste el rollo policíaco y para los que no, como yo, porque la serie es mucho más.
DI NO:
- A las series españolas: cada vez vamos a peor. El otro día se me ocurrió ver El barco y mis instintos asesinos volvieron a surgir. No he visto cosa más mala en la vida. Intentan hacer un Perdidos a la española, pero sin tensión, sin buenos personajes, sin trama y con todos los elementos ridículos que parecen obligados en cualquier ficción de nuestro país: personaje gracioso, niña repelente, jovenzuelos y jovenzuelas de buen ver, un hombre de España (al estilo del inefable Fiti) y, como protagonista, el Javi de Verano Azul (la serie de Chanquete con la que toda generación de nuestro país ha sido torturado en alguna ocasión).
DI SÍ:
- A las dos nuevas divas de Europa: Adele y Robyn. La primera es una joven de 21 años inglesa, que canta como una auténtica diva del soul, quitándole el trono a Amy Winehouse (esta sigue perdida en su mundo de alcohol y drogas), que está siendo un auténtico exitazo en UK. Os recomiendo que busquéis dos canciones llamadas Set fire to the rain y Rolling in the deep. Impresionante. La otra, Robyn, es la que debería romper en cualquier pista de baile y no la cansina de la Gaga, que ya aburre. Escuchen ustedes Dancing on my own o Indestructible.
DI NO:
- A Pablo Alborán: ¿alguien necesita otro cantante cursi con tonito aflamencado? ¿Somos Europa realmente? Ya basta de cantantes ñoños que cantan a un amor choni.
DI SÍ:
- A irse de compras al centro: dejad de comprar ya en el Plenilunio, por favor, que parece esto ya "El ataque de los clones". Id de compras a Malasaña, a Fuencarral, por el amor de Dios.
DI NO:
- A los pendientes "CR7", a los pantalones metidos por dentro de las botas (para chicos) y a los botines de flecos (para chicas), y sobre todo, di no al depilado de cejas, especialmente para los chicos. Si tenéis uniceja, pues quitaos discretamente el entrecejo, pero basta ya. Los pokeros que lo hacen parecen alienígenas. Por supuesto, no cejo en mi empeño: NO A LA CRESTA POKERA. Alguien tiene que deciroslo ya de una vez: NO QUEDAN BIEN A NADIE.
DI SÍ:
- A estas camisetas. Se llaman "sufrocomogeno". Reirte de un famosillo de OT siempre es tendencia

DI NO:
- A suspender Lengua y Literatura. No es tendencia. Y menos cuando suspendes por faltas de ortografía o por no estudiar lo suficiente.
martes, 1 de febrero de 2011
Hello again
Sí, mi blog está vivo. Siento no haber podido actualizar antes, pero he estado paralizado por los exámenes que me dejaban exhaustos. Y cuando ya he acabado de corregir, otra vez empezamos de nuevo con otra tanda, y esta vez por duplicado. Me gustaría leer las mentes, así podría evaluaros sin tener que corregir ningún examen y ver si algo ha entrado en vuestras cabecitas.
En un mes no te acordarás de ellos...
Lo confieso, me encanta la telebasura, no sé por qué. Sabéis que soy una persona con un altísimo nivel intelectual, con un exquisito gusto en música, moda, cine...y sin abuela. Y, aunque paso la mayor parte del tiempo viendo series de calidad en mi enorme televisión, de vez en cuando caigo en la tentación de ver un buen programa telebasuresco.
Ya que GH es insoportable, puesto que este año está repleto de infraseres carentes del más mínimo interés (pokeras, gente descerebrada, aún más que de costumbre, unineuronales todos), rápidamente he abandonado la sola idea de pasar más de diez minutos viéndolo. He ahí con la necesidad de digerir otro espantoso reality show. Por ello, comencé a ver OT, que este año debería llamarse OF (y no por Operación Fracaso, sino por Operación Friki).
A estas alturas, todo el mundo sabe que ser concursante de OT sirve para varias cosas:
1. Ser olvidado rápidamente, sobre todo si eres el ganador.
2. Acabar como coro chusco de programuchos como el de MariTere Campos
3. Ser coro en uno de los infames musicales que se programan en la Gran Vía madrileña, sin que salgas ni en los carteles. Por ejemplo, como Hiena 4 en "El Rey León".
Por eso, me sorprende que aún haya gente que se presente con ilusión a este chow, con esperanzas de sacar algo en claro. Ay, pobres.
Este año ha sido el año de los cambios: Jesús Vázquez ha sido cambiado por una emotiva jevi, de rostro hermoso pero escasas aptitudes para el directo: Pilar Rubio. Es muy maja, pero la pobre se la ve tiesa y poco natural. Claro, que un show que dura cuatro o cinco horas da para poca naturalidad. Y poca diversión.
También han cambiado la táctica para elegir a los concursantes, puesto que han dejado de elegir a concursantes guapos y guapas y han elegido a los frikis que se presentan año tras año sin éxito. Este ha sido su año, felicidades por ello. Es verdad que sois feos, que ni siquiera cantáis bien, pero os han elegido. Entre los concursantes hay una chica ciega que abre mucho las vocales al hablar pero que canta fatal, dos chicos que parecen chicas que quieren ser chicos, un obeso, una ex-concursante loser de la primera edición que parece la madre de todos los demás, una chiquita gordita que canta muy bien y que llora a todas horas, y otros personajes varios que ni pinchan ni cortan.
Esto quiere decir que los creadores de OT han visto Glee, y han decidido adaptar este formato (los losers del instituto americano reconvertidos en estrellas: la gorda, el gayer con voz de chica, el handicapado, aquí en versión femenina y ciega, el guaperas...), pero con un pequeño matiz: donde hay buenas voces en la premiada serie americana, aquí hay una panda de gatos metidos en una bolsa que destrozan las canciones. Incluso se han atrevido a que la mayoría de las canciones sean en inglés. ¡En España! Sabiendo el nivel de inglés que se gasta la gente de nuestra querida piel de toro, es todo un atrevimiento. Todos acaban cantando en un "wachinloviu" bastante sonrojante, amén de un destrozo aún mayor de la canción original, además del producido por sus escasitas voces.


Y de ellas, tampoco.
Pero tengo un problema. No me puedo ver el programa entero, es tanta la vergüenza ajena que me produce y tanto el aburrimiento por lo largo del show, con tanto intermedio, con tanto vídeo graciosillo sobre estos infraseres en la academia, que el tedio me puede y me quedo irremediablemente dormido en mi comodísimo sofá de diseño. Y es que eso es lo que me pasa con estos programas basura, que por mucho que me gusten por el disfrute de ver algo tan horrendo, acaban cansándome. Soy inconstante hasta para la telebasura.
domingo, 9 de enero de 2011
Lonely sunday
Como sé que hoy es un día muy duro para muchos de vosotros, os dedico esta canción de uno de los grupos más glamourosos y exitosos de UK, Hurts, con la letra incluída para que, de paso, refresquéis vuestro inglés, que mañana empezáis. Por supuesto, se llama "Sunday". See you tomorrow!!
sábado, 8 de enero de 2011
Cosas que hacer en tiempos navideños
Queridísimos alumnos:
Este vuestro amado profesor os ha tenido abandonados, huérfanos de entradas en este blog, vuestro favorito sin duda alguna, aunque nunca os he acabado de dejar a un lado, puesto que he seguido leyendo vuestras actualizaciones (los que lo han hecho por gusto). Por ello, porque sé que tenéis una necesidad perentoria de conocer lo que ha sido de mí durante estos días, os lo voy a resumir en unos cuantos puntos, para que respiréis, para que sepáis que estoy vivo y dejéis de angustiaros.Cosas que hacer en tiempos navideños:
- Comprar: esto es un no parar, con ¡NUEVE SOBRINOS! (cuatro propios, cinco ajenos), os podéis imaginar, todo el día que si no quedan vestidos de la Nancy, que si no encuentro el Tekken para la PSP, que si el Move PS3 está agotado...Por Dios, cada vez que iba por ese infierno llamado Callao-Sol, me quería morir.
- Comer: las comilonas familiares, las de amigos y los ataques indiscriminados al turrón de chocolate Suchard (mi gran perdición), me han obligado a estar otra vez a dieta, fruta y mucha lechuga. ¡Qué prado de pena! Pero que me quiten lo bailao...
- Ver series: en estos días han caído dos temporadas enteras de The Wire (mi regalo de Papá Noel-amigo invisible-cuñado) y estoy, al fin, viendo enterita Glee (regalo de Reyes). La segunda ya la conocéis todos de sobra; la primera es del mundo chungo de los barrios chungos de la ciudad más chunga de US de A: Baltimore. No sabes al final quiénes son peores: si los drug-dealers o la policía. In-dis-pen-sa-ble (para cuando tengáis edad)
- Leer: por supuesto, he estado releyendo "La ciudad y los perros" y me he dado cuenta de que, si os costó el de Márquez, con este estaréis sudando sangre. Aquí la confusión de personajes, narradores, etc, es tremenda, de manera que es muchísimo más complicada, amén del lenguaje. No la recordaba tan difícil. Por ello, anuncio que: OS DOY UN MES MÁS PARA LEERLA (para recordarlo bien, ponemos el 23F, de tan infame recuerdo). Además, he leído novelas gráficas: destaco "Wilson", de Daniel Clowes, donde se cuentan las peripecias de un ser despreciable, solitario, mezquino y odioso que, al final, acaba haciéndose adorable.
- Jugar a la wii con mis sobrinos yankis: me han molido a palos, tengo agujetas en todas partes.
- Ver películas de muy baja calidad. Por ejemplo, "Piraña 3D". Bueno, en realidad esta película no se ha estrenado aún (ni creo que lo hagan, porque tela marinera), así que la vimos en casa de una amiga. No di crédito. En un lago de los US de A, aparecen unas pirañas prehistóricas que devoran a una multitud de jovenzuelos que celebran el mítico Spring Break como ellos solo saben: en bañador y bikini, a veces sin ellos, bailando como haciéndose el sexy y bebiendo. Las escenas de las pirañas comiéndoselos son de lo más gore, y hay algunas que son muy divertidas, de lo puramente ridículas. Vamos, una película que os va a encantar.
- Ponerme enfermo: el mismísimo día de Nochevieja, cogí un virus estomacal y estuve malísimo todo el día. Aún así, me comí las doce uvas y, con sudores fríos y revoltijo, me fui a una fiesta. ¡Qué malito me puse! Vaya manera de empezar el año...
- Recibir regalos: mogollón. He sido muy bueno y me los merezco todos. Entre ellos está una camiseta que me pondré el lunes para que la veais.
- Recibir felicitaciones: gracias, me hizo muchísima ilusión.
Y más cosas, pero me tengo que ir al Museo del Prado, a culturizarme algo, que ya me vale. Nos vemos el lunes, y ánimo, porque ahora viene lo peor: yo voy a ir a toda leche, exigiéndoos más que nunca, pero todo tiene una recompensa: ¡¡NOS VAMOS A ROMA!!
Este vuestro amado profesor os ha tenido abandonados, huérfanos de entradas en este blog, vuestro favorito sin duda alguna, aunque nunca os he acabado de dejar a un lado, puesto que he seguido leyendo vuestras actualizaciones (los que lo han hecho por gusto). Por ello, porque sé que tenéis una necesidad perentoria de conocer lo que ha sido de mí durante estos días, os lo voy a resumir en unos cuantos puntos, para que respiréis, para que sepáis que estoy vivo y dejéis de angustiaros.Cosas que hacer en tiempos navideños:
- Comprar: esto es un no parar, con ¡NUEVE SOBRINOS! (cuatro propios, cinco ajenos), os podéis imaginar, todo el día que si no quedan vestidos de la Nancy, que si no encuentro el Tekken para la PSP, que si el Move PS3 está agotado...Por Dios, cada vez que iba por ese infierno llamado Callao-Sol, me quería morir.
- Comer: las comilonas familiares, las de amigos y los ataques indiscriminados al turrón de chocolate Suchard (mi gran perdición), me han obligado a estar otra vez a dieta, fruta y mucha lechuga. ¡Qué prado de pena! Pero que me quiten lo bailao...
- Ver series: en estos días han caído dos temporadas enteras de The Wire (mi regalo de Papá Noel-amigo invisible-cuñado) y estoy, al fin, viendo enterita Glee (regalo de Reyes). La segunda ya la conocéis todos de sobra; la primera es del mundo chungo de los barrios chungos de la ciudad más chunga de US de A: Baltimore. No sabes al final quiénes son peores: si los drug-dealers o la policía. In-dis-pen-sa-ble (para cuando tengáis edad)
- Leer: por supuesto, he estado releyendo "La ciudad y los perros" y me he dado cuenta de que, si os costó el de Márquez, con este estaréis sudando sangre. Aquí la confusión de personajes, narradores, etc, es tremenda, de manera que es muchísimo más complicada, amén del lenguaje. No la recordaba tan difícil. Por ello, anuncio que: OS DOY UN MES MÁS PARA LEERLA (para recordarlo bien, ponemos el 23F, de tan infame recuerdo). Además, he leído novelas gráficas: destaco "Wilson", de Daniel Clowes, donde se cuentan las peripecias de un ser despreciable, solitario, mezquino y odioso que, al final, acaba haciéndose adorable.
- Jugar a la wii con mis sobrinos yankis: me han molido a palos, tengo agujetas en todas partes.
- Ver películas de muy baja calidad. Por ejemplo, "Piraña 3D". Bueno, en realidad esta película no se ha estrenado aún (ni creo que lo hagan, porque tela marinera), así que la vimos en casa de una amiga. No di crédito. En un lago de los US de A, aparecen unas pirañas prehistóricas que devoran a una multitud de jovenzuelos que celebran el mítico Spring Break como ellos solo saben: en bañador y bikini, a veces sin ellos, bailando como haciéndose el sexy y bebiendo. Las escenas de las pirañas comiéndoselos son de lo más gore, y hay algunas que son muy divertidas, de lo puramente ridículas. Vamos, una película que os va a encantar.
- Ponerme enfermo: el mismísimo día de Nochevieja, cogí un virus estomacal y estuve malísimo todo el día. Aún así, me comí las doce uvas y, con sudores fríos y revoltijo, me fui a una fiesta. ¡Qué malito me puse! Vaya manera de empezar el año...
- Recibir regalos: mogollón. He sido muy bueno y me los merezco todos. Entre ellos está una camiseta que me pondré el lunes para que la veais.
- Recibir felicitaciones: gracias, me hizo muchísima ilusión.
Y más cosas, pero me tengo que ir al Museo del Prado, a culturizarme algo, que ya me vale. Nos vemos el lunes, y ánimo, porque ahora viene lo peor: yo voy a ir a toda leche, exigiéndoos más que nunca, pero todo tiene una recompensa: ¡¡NOS VAMOS A ROMA!!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)